Sindrome de Down

Orientacion consejos pensamientos informacion

EL TRASTORNO DE FRANCISCO

Publicado por Claudio Meyer F.


Los Trastornos Digestivos y Hepáticos
La Malformación Anorrectal
¿Qué es la malformación anorrectal?
Las malformaciones anorrectales son defectos congénitos (problemas que ocurren cuando el feto se está desarrollando durante el embarazo). Con este defecto, el ano y el recto (el extremo inferior del tracto digestivo) no se desarrollan correctamente.
Ano es el orificio al final del intestino grueso por el cual pasan las heces cuando un niño defeca.
"Rectal" se refiere al recto, que es el área del intestino grueso que se encuentra justo antes del ano.
Durante la defecación, las heces pasan del intestino grueso al recto y luego, al ano. Los músculos de la zona anal contribuyen a controlar la defecación. Los nervios de dicha zona ayudan a los músculos a percibir la necesidad de la defecación, además de estimular la actividad muscular.
Con una malformación anorrectal, pueden ocurrir varias anomalías, incluyendo las siguientes:
• el pasaje anal puede ser estrecho
• puede haber una membrana sobre el orificio anal
• el recto quizá no se conecte con el ano
• el recto puede estar conectado con una parte del tracto urinario o del aparato reproductor a través de un pasaje denominado fístula
El tratamiento de la malformación depende del tipo de anomalía presente.
¿Cuáles son las causas de la malformación anorrectal?
A medida que el feto crece en el útero de la madre antes del nacimiento, los diversos sistemas de órganos se desarrollan y maduran. El extremo inferior del tracto intestinal se forma en los primeros meses del embarazo.
En un feto, la porción inferior del intestino grueso y el tracto urinario comienzan siendo una gran masa de células. Es necesario que ocurran ciertos pasos entre la 7ª y la 10ª semana de gestación para que el recto y el ano se separen del tracto urinario y se formen correctamente. A veces, estos pasos no suceden como deberían, y el recto o el ano pueden no desarrollarse normalmente. No es posible demostrar que ninguna acción de la madre durante el embarazo haya causado la malformación.
¿Quiénes corren riesgo de desarrollar este trastorno?
La mayoría de las veces, se desconoce la causa de la malformación anorrectal. En raras ocasiones, la herencia autosómica recesiva se ha analizado en algunos estudios. Esto significa que cada progenitor es portador de un gen de este trastorno sin saberlo, y el niño recibe ambas copias del gen. Las parejas portadoras del gen tienen una posibilidad entre cuatro o el 25% de posibilidades de que la malformación vuelva a ocurrir en un embarazo posterior. Hasta un tercio de los niños con síndromes genéticos, anomalías cromosómicas y otros defectos congénitos también tienen malformaciones anorrectales.
Se puede observar una malformación anorrectal con algunos de estos síndromes genéticos o problemas congénitos:
• asociación VACTERL (síndrome en el cual se presentan anomalías vertebrales, anales, cardíacas, traqueales, esofágicas, renales y de las extremidades)
• anomalías del aparato digestivo
• anomalías del tracto urinario
• anomalías de la columna vertebral
¿Con qué frecuencia ocurre la malformación anorrectal?
Las malformaciones anorrectales ocurren en 1 de cada 5000 nacidos vivos aproximadamente. Los niños corren ligeramente mayor riesgo de padecer esta anomalía que las niñas.
¿Por qué es una preocupación la malformación anorrectal?
Las malformaciones anorrectales causan anomalías en el modo en que un niño defeca. Estos problemas varían según el tipo de malformación.
• Cuando el pasaje anal es estrecho, el niño puede tener dificultad para defecar, provocando constipación y, posiblemente, malestar.
• Si hay una membrana sobre el orificio anal, el bebé quizá no pueda defecar.
• Cuando el recto no está conectado con el ano, pero hay una fístula, las heces serán evacuadas a través de la fístula en vez del ano, lo cual puede originar infecciones.
• Si el recto no está conectado con el ano y no existe ninguna fístula, no hay modo de que el intestino evacúe las heces. El bebé no podrá defecar.
¿Cómo se diagnostican las malformaciones anorrectales?
El médico de su hijo realizará un examen físico de su bebé al nacer y observará el ano para ver si está abierto. También es posible que se realicen exámenes de diagnóstico por imágenes para evaluar mejor el problema, tales como:
• Radiografía abdominal - examen de diagnóstico que utiliza rayos invisibles de energía electromagnética para producir imágenes de los tejidos internos, los huesos y los órganos en una placa radiográfica.
• Ecografía abdominal (también llamada sonografía) - técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia y una computadora para crear imágenes de vasos sanguíneos, tejidos y órganos. Se utiliza para ver el funcionamiento de los órganos internos y para evaluar el flujo sanguíneo a través de diversos vasos.
• Tomografía computarizada (también llamada TC o TAC) - procedimiento de imágenes diagnósticas que utiliza una combinación de radiografías y tecnología computarizada para obtener imágenes transversales (a menudo llamadas "rebanadas") del cuerpo, tanto horizontales como verticales. Una TC muestra imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluidos los huesos, los músculos, el tejido adiposo y los órganos. Las tomografías computarizadas muestran más detalles que las radiografías generales.
Tratamiento de la malformación anorrectal:
El tratamiento de una malformación anorrectal puede depender de lo siguiente:
• la gravedad del trastorno
• el estado general de salud del niño y sus antecedentes médicos
• la opinión de los médicos a cargo de la atención del niño
• sus expectativas para la evolución de la enfermedad
• su opinión y preferencia
La mayoría de los bebés con una malformación anorrectal necesitarán cirugía para corregir el problema. El tipo y la cantidad de operaciones necesarias dependerán del tipo de anomalía que tenga el bebé, incluyendo las siguientes:
• Pasaje anal estrecho
Los bebés con el tipo de malformación que hace que el pasaje anal sea estrecho quizá no necesiten una operación. Es posible que sea necesario llevar a cabo periódicamente un procedimiento conocido como dilatación anal, para ayudar a estirar los músculos anales de modo que las heces puedan pasar.
• Membrana anal
Los bebés con este tipo de malformación deberán someterse a cirugía para extirpar la membrana. Quizá sea necesario realizar dilataciones anales si existe un estrechamiento del pasaje anal.
• Falta de conexión del recto con el ano, con o sin fístula
Estos bebés necesitarán una serie de operaciones para reparar la malformación.
o Primero, se realiza una operación para crear una colostomía. Con una colostomía, el intestino grueso se divide en dos secciones, cuyos extremos son conducidos hacia orificios en el abdomen. La sección superior permite que las heces pasen por el orificio (denominado estoma) hacia una bolsa recolectora. La sección inferior permite que el moco producido por el intestino pase a otra bolsa recolectora. Mediante una colostomía, la digestión del niño no se verá alterada y podrá crecer antes de la siguiente operación. Además, cuando se realice la siguiente operación en la sección inferior del intestino, no habrá heces que puedan infectar el área.
Las enfermeras y otros profesionales de la salud que trabajen con el cirujano de su hijo pueden ayudarle a aprender cómo cuidar la colostomía. Los grupos de apoyo locales y nacionales también pueden ser de ayuda durante este momento.
o La siguiente operación une el recto al ano y suele llevarse a cabo dentro de los primeros meses de vida. Las colostomías permanecen en su lugar durante algunos meses luego de esta operación, para que el área pueda cicatrizar sin ser infectada por las heces. (Aunque el recto y el ano ya estén conectados, las heces se evacuarán del cuerpo a través de las colostomías hasta que éstas sean cerradas quirúrgicamente.) Unas semanas después de la cirugía, los padres pueden realizar dilataciones anales para ayudar al niño a prepararse para la siguiente fase.
o Dos o tres meses después, se realiza una operación para cerrar las colostomías. El niño no puede ingerir nada por algunos días después de la cirugía, mientras el intestino está cicatrizando. Varios días después de la cirugía, el niño comenzará a defecar por el recto. Al principio, las heces serán frecuentes y flojas. En esta etapa, la erupción del pañal y la irritación de la piel pueden ser un problema. Unas semanas después de la cirugía, las heces son menos frecuentes y más sólidas, a veces causando constipación. El médico de su hijo quizá recomiende una dieta rica en fibras (incluyendo frutas, vegetales, jugos, granos y cereales integrales y porotos) para combatir la constipación.
El aprendizaje del uso del baño debe comenzar a la edad usual que, por lo general, es cuando el niño tiene entre dos y tres años de edad. Sin embargo, los niños a los que se les han reparado malformaciones anorrectales pueden ser más lentos que otros para aprender a controlar la defecación. Algunos niños quizá no puedan controlar bien sus defecaciones, mientras que otros pueden padecer constipación crónica, según el tipo de malformación y su reparación. El médico de su hijo puede explicarle la perspectiva para su hijo.
¿Cuáles son las perspectivas a largo plazo para este trastorno?
Los niños que tuvieron el tipo de malformación que comprende una membrana anal o un pasaje anal estrecho suelen aprender a controlar bien sus defecaciones luego de una reparación de la malformación anorrectal. Los niños con variaciones más complejas de la malformación anorrectal quizá necesiten participar en un programa de control de defecación para ayudarlos a controlar sus defecaciones y prevenir la constipación. Las enfermeras y otros profesionales de la salud que trabajen con los médicos de su hijo pueden ayudarle a diseñar un programa según las necesidades de su hijo.

ESTIMULACION TEMPRANA

Publicado por Claudio Meyer F.




APUNTES PARA LOS PADRES DE NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN

Ser' padres de un niño o niña con Síndrome de Down es un desafío enorme y 'cada vez más complejo en la medida que pasa el tiempo. Ello se debe a la falta de conocimientos y preparación en que se encuentran envueltos los padres al momento de recibir la noticia. No es un camino fácil, pero está sembrado de momentos y experiencias muy reconfortantes, sólo hay que saber buscar. Por medio de estos apuntes, para ayudarlos en ésta tarea. Léanlos en detalle y luego apliquen lo aprendido, pues el conocimiento es el mejor regalo que les pueden dar a sus hijos.
LOS PADRES Y LA PRIMERA NOTICIA

La llegada de un nuevo miembro a la familia suele llenar el alma de los padres de ilusiones, planes y proyectos, pero todo eso cambia cuando el hermoso y saludable bebé tiene un Síndrome de Down. La noticia provoca desconcierto no sólo en los padres, sino también en el equipo de salud, nadie sabe como enfrentar la situación, se usa un lenguaje complicado o despectivo, lleno de detalles técnicos que los padres no comprenden pues en esos momentos se hallan sumidos en un gran dolor, con el cual los padres suelen abandonar las maternidades de clínicas y hospitales. Las dudas y preguntas vienen y van... hasta que surge la mas difícil, de afrontar, y que de no ser resuelta los acompañará mucho tiempo... ¿Será acaso mi culpa? Luego aparece la rabia, la frustración la impotencia y la desagradable sensación de descubrir que nada ni nadie podrá cambiar los hechos. Sin embargo es importante que comprendan que ésta historia no tiene culpables (por tanto no se mortifiquen con esa idea), pues el Síndrome de Down es un accidente de la naturaleza, que generalmente no puede predecirse. Queridos padres, nadie puede borrar el dolor que provocó la noticia pero puede minimizarse comprendiendo el origen de sus emociones.
El sentimiento de rechazo que vivieron al comienzo, es una respuesta normal de todo ser humano y es producto del desencanto, la tristeza y la desilusión que significa haber perdido el sueño del bebé ideal. Son resultado de nuestros prejuicios hacia el Síndrome de Down, de la falta de información adecuada y la actitud discriminatoria de muchos en la sociedad, hacia aquellos que no son "normales". Existe una forma de salir rápido de ese -terremoto". Eso necesariamente significa enfrentarse a si mismo y a sus propias emociones, conocerlas, explorarlas y finalmente desecharlas Deben aprender a reemplazar esas emociones negativas por sentimientos positivos Lo peor que pueden hacer es quedarse callados, esconder su dolor y vivir la angustia en silencio, pues con el tiempo la rabia, la frustración y la tristeza, buscarán un sitio en su corazón y no desaparecerán jamás.
Su bebé puede ayudarlos en ésta tarea, de un modo muy simple, sólo deben acercarse a el o ella sin temor y la naturaleza humana hará el resto. Cuando los padres comparten con su bebe especialmente los primeros minutos de vida, no sólo demuestran sorpresa e incredulidad, es posible reconocer ternura y amor incondicional. Así es de maravillosa la vida, pues a través del contacto intimo madre-hijo o padre-hijo, lograrán crear y fortalecer fortalecen sus lazos afectivos. Dense una oportunidad, sequen sus lágrimas y dejen que la naturaleza actúe, permítanse conocer y amar a su hijo, contemplen con serenidad lo que la vida les ha traído a sus brazos... y acéptenlo como otro hijo más, pues la especial condición de su bebé no le quita al niño la calidad de hijo ni a ustedes el derecho de amarlos.
SÍNDROME DE DOWN Y LA VIDA EN PAREJA

En ocasiones el nacimiento de un bebé especial, desencadena en los padres reacciones de sobreprotección y angustia. Se concentran única y exclusivamente en éste pequeño integrante, y descuidan sus necesidades comunes. Se imponen enfrentar un desafío sin límites, trabajar unidos, a tiempo completos, para ofrecer mayores oportunidades de desarrollo y calidad de vida a éste niño. Todo estará bien mientras no se deterioren las relaciones intra familiares, sea con los demás hijos o con la propia pareja. Llegar a este punto, no es fácil, pues existe una tendencia natural de los padres de proteger a sus hijos, especialmente al desvalido. No es de extrañar, ver a la madre en una actitud de entrega absoluta e ¡limitada hacia el niño con Síndrome de Down, consumiendo su tiempo y energía, el que antes hábilmente compartía con su familia. El padre, por otra parte se esfuerza en forma desmedida por ofrecer las mayores oportunidades para su hijo, lo que muchas veces significa menoscabar el presupuesto familiar o aumentar su jornada laboral para mejorar sus ingresos. Queridos padres, puede que ya estén viviendo una situación similar, lo cual es comprensible, pero a la vez peligroso, si antes de llegar a ello no se han fortalecido como pareja. Cultiven y enriquezcan su relación, compartan sus miedos, angustias y tristezas, también sus anhelos, esperanzas y sueños. Trabajen unidos y coloquen su mayor esfuerzo, sin descuidarse el uno del otro, ni a los demás hijos. De lo contrario irán olvidando la vida en común y sus caminos tarde o temprano se separarán. Hagan un esfuerzo, y pese a todo, tómense un tiempo para compartir, para estar solos, para tomar un helado, para escuchar música, o simplemente para abrazarse y regatonear. No olviden que el largo camino que la vida les tiene preparado es más fácil cuando se tienen el uno al otro, porque solo juntos son un todo. Recuerden, los hijos no necesitan la compasión, pena, ni el exceso de abrigo por parte de los padres, pero sí anhelan aprender de ellos como amar y llegar a ser fuertes e independientes, y para ello es imprescindible que como pareja permanezcan unidos.
LOS HERMANOS DEL NIÑO CON SÍNDROME DE DOWN

Es frecuente que los padres vean como sus hijos pequeños aceptan sin problemas la llegada de un bebé con síndrome de Down, pero a medida que van creciendo su comportamiento va cambiando, se comienzan a mostrar mas hostiles, menos colaboradores y en ocasiones esconden o evitan hablar de su hermano. Esto ocurre porque sin quererlo este bebe tan especial, les robó a sus padres, les quitó su tiempo libre y les impuso una gran responsabilidad, cuidarlo y protegerlo por siempre. Está situación suele provocar conflictos al interior de la familia, pues los hermanos se enfrentan a una dura realidad Si lo descuidan o no lo protegen, se sienten culpables y por el contrario, si pasan la vida pendientes de él se transforman en pequeños padres sustitutos. Ellos no desean asumir ese rol solo quieren ser niños o adolescentes normales, con amigos, fiestas, paseos etc. De los padres depende evitar llegar a éste punto. Es recomendable tener siempre con sus hijos un buen canal de comunicación, manteniéndolos informados y actualizados respecto de la condición de su hermano. Deben llegar a comprender que compartir la vida con éste nuevo integrante va a requerir de mucho amor, paciencia y tolerancia. Probablemente ustedes van a invertir mucho tiempo en ayudarlo y en reforzarles a sus demás hijos que pese a todo, no los han olvidado. Sin embargo es importante insistirles que éste pequeñito ser, tan especial, va a necesitarlos cerca, pero como cualquier hermano, para que le entreguen cariño, amor, para que lo protejan y le enseñen a defenderse, para que jueguen con él y compartan sus triunfos. Permitan a sus hijos colaborar y participar del cuidado diario del bebé, sin olvidar que ellos también necesitan conservar su espacio y sus padres. En ocasiones es recomendable que los padres se turnen en el cuidado del bebé, así mientras uno se queda en casa, el otro sale con los demás niños, a ver un partido de football, o la plaza de juegos etc. Recuerden compartir con sus hijos los logros de su hermano, pero no hagan de éste tema el centro de la atención familiar, pues lo único que van a conseguir es que sus demás hijos se sientan molestos, tristes y postergados. Cuando los hermanos que crecen en un ambiente de cariño y armonía, alcanzan la madurez mental necesaria, logran compartir sus experiencias, sus sueños y su amor con este"compañero"tan especial, se convierten en sus principales amigos y soporte especialmente cuando faltan los padres. No es prudente imponerle a los hermanos una actitud protectora y vigilante, pues si han sabido sembrar amor durante toda la niñez, ésta llegará cuando sea el momento y la conservarán como adultos.
LA VIDA EN FAMILIA
Es posible que al llegar a la casa, sientan que el mundo se les viene encima. Aparecen miles de preguntas sin respuestas, ¿cómo nos vamos a organizar?, ¿cómo vamos a vigilar a los demás niños? ¿A que escuela lo vamos a llevar? etc... Tómenlo con calma, eso les ocurre a todos los padres que tienen un hijo por primera vez y ustedes se encuentran en esa situación, pues por primera vez son padres de un niño con Síndrome de Down. Todo llega a su tiempo y en la medida que el niño va creciendo la familia se va adaptando. A continuación les menciono 10 consejos prácticos.
1.-Tengan paciencia.
El niño tiene dificultad para aprender de sus experiencias previas y por ello deberán recordárselo muchas veces. Si sube las escaleras de la casa, no quiere decir que suba todas las escaleras, probablemente tengan que recordarle mas de una vez que es igual que las escaleras de la casa. Con paciencia le darán tiempo al niño para comprender el mensaje entregado y entonces podrá responder en forma adecuada.
2.- Eviten una actitud sobre protectora.
La excesiva preocupación de los padres y hermanos puede conducirlos hacia la sobreprotección, Comportamiento que sólo entorpecerá su autonomía futura. Déjenlo que se equivoque y corríjanlo en forma adecuada pero a la vez felicítenlo por sus logros, no importa lo insignificante que parezcan. Todo ello fortalece el principio del auto cuidado. Esta conducta le dará oportunidad de explorar el mundo, intentar resolver los problemas por si mismo y a la vez reforzará su autoestima.
3.- Conserven la disciplina.
Establezcan reglas de disciplina, claras y constantes y exija que las respeten todos los miembros de la familia y no haga excepciones con su hijo, por el hecho de tener un Síndrome de Down. Cuando el niño no les obedezca, es importante que comprendan que no lo hace como un acto de rebeldía, les cuesta adaptarse a una nueva rutina y a una orden diferente, pues necesitan más tiempo para interiorizarla y ejecutarla. Esta actitud puede molestar a quienes no conocen su particular forma de ser. Recuerden que en el futuro, un comportamiento seguro y socialmente aceptable, asegurara la integración y de educación de su hijo.
4.- Usen palabras simples y mensajes cortos.
Si Ud. desea enseñarle a su hijo, como mecer en la cuna a su hermanito menor, es mejor decirle'... pone tu manto en el borde y muévela suavemente", en lugar de"¿...cuántas veces te voy a tener que enseñar como se debe mover la cuna? El niño entiende, mensajes cortos. Los niños con Síndrome de Down tienen dificultades para suponer y deducir, por tanto a menos que sean claros y positivos al hablar, fácilmente se enfadarán perdiendo interés por la actividad que desarrollaban.
5.- Demuéstrenle lo que esperan de él.
Para ellos es más fácil comprender la orden de “lávate las manos “si la primera vez le muestro como hacerlo. Si deseo que mantenga su pieza ordenada, le pediré que me acompañe a recoger y guardar los juguetes. Con la práctica diaria lograrán satisfacer muchas de nuestras necesidades educativas. Es importante que todos recuerden que para lograr la conducta deseada, muchas veces deberán mostrarle lo que desean, a través de un ejemplo.
6.- Enseñar de lo sencillo a lo .complejo.
El aprendizaje cotidiano no siempre requiere de la rigidez de un horario, como ocurre en el colegio, o en los centros de estimulación. Es posible enseñar cosas tan sencillas como los colores usando de ejemplo las flores o el pasto, o los distintos sabores de los alimentos, pero sin forzarlos, como si fuese un juego. No todos los niños con Síndrome de Down son ¡guales, son individuales, únicos y con capacidades inexploradas, que deberán descubrir.
7.- Permitir que se equivoquen.
El niño, tiene derecho a equivocarse. La sensación de haber fallado puede provocarle enojo y a veces frenar el deseo de intentarlo de nuevo. Sin embargo, debe aprender de sus errores, es una ley de la vida que ha permitido al hombre supervivencia de la especie humana. Ustedes deberán incentivarlos a encontrar la solución al problema y seguir adelante. El mundo que van a explorar está lleno de dificultades. No se acostumbren a solucionarles todas las dificultades sin que ellos lo hayan intentado primero.
8.- Premiar o elogiar sus avances.

A todo niño le gusta sentirse reconocido, especialmente por sus padres, ello estimula su deseo
De aprendizaje. Deben cuidar no celebrar en forma excesiva todas sus actividades, pues se pierde el refuerzo. Si el niño se propone alcanzar una meta y lo logra, felicítenlo, destaquen su esfuerzo y
Prémienlo (con un beso, un aplauso, o un ¡Bravo ¡). No intenten perfeccionar lo logrado por Ejemplo..."podrías haberlo hecho mejor"
El reconocimiento de sus padres y hermanos, ayuda a fortalecer su autoestima

9.- No conviertan el día en una sesión de entrenamiento:

En ocasiones los padres, motivados por acelerar el desarrollo del niño lo presionan con las
Rutinas de aprendizaje. El aprender a vivir y desenvolverse no requiere de un sitio en especial, ni de una mesa de trabajo ni de útiles para trabajar. Eso se logra en los talleres de estimulación, en casa sólo necesitan reforzar los logros adquiridos sin olvidad que después de todo se trata sólo de un niño que necesita espacios para jugar, reír y romper la rutina.
Para todo hay un momento y un lugar, incluso para descansar y divertirse.

10.- Disfruten el presente.

Es frecuente que padres y familiares se formen muchas expectativas con el bebé y que se
Desilusionen cuando éste no logra satisfacerlas. Estos niños tienen un ritmo propio de aprendizaje y socialización. No deben presionarlo por alcanzar rápido nuevas metas, deben dejarlos vivir el
Presente “paso a paso", de lo contrario se retrasará su aprendizaje. Por ejemplo colaboren con el bebe para que se siente antes de los 8 meses, pero no se
Preocupen por comprar una bicicleta, o por decidir en que colegio va a estudiar cuando tenga 14
Años.
Propónganse metas a corto plazo y disfrútenlas. Así reducirán la angustia del grupo familiar y les permitirá disfrutar el presente.

ESE MUNDO QUE LOS RODEA

Están por descubrir un nuevo grupo de amigos y familiares. Algunos distantes y evasivos otros
Excesivamente consoladores. Tratarán de evitar el tema y por temor a herirlos preguntarán con
Cautela. Sean pacientes, pues ellos también enfrentan una situación desconocida, pues la noticia les ha impactado al igual que a ustedes y en un primer momento no sabrán que hacer. Cuando ello
Ocurra respondan con la verdad, no oculten nada y menos al bebé. Enséñenles a sus familiares y
Amigos que su hija/o no necesita de la caridad ni de la compasión de familiares y amigos.
No se aíslen, conozcan y compartan con otros padres, se puede aprender mucho de la
Experiencia de otros, sobre todo si también tienen hijos especiales.
Nunca olviden que ustedes y sus hijos son las herramientas del cambio, sólo así el medio que los rodea aceptará con respeto la especial condición de su bebé.

LAS ENFERMEDADES Y LOS CONTROLES DE SALUD

Es muy importante que los padres de los niños con Síndrome de Down comprendan que la
Especial condición de su hijo conlleva mayores riesgos en salud en comparación con el resto de la
Población infantil. Ello significa informarse sobre ellos y saber cuando y como enfrentarlos. Estos niños tienen a lo largo de su vida un patrón de crecimiento muy especial pues son de

Menor peso y talla que otros niños de la misma edad. Es por ello que para seguir su crecimiento se aplican tablas especiales, modificadas para el Síndrome de Down. Si nos esforzamos en hacer que suban de peso al igual que el resto de la población infantil, sólo estaremos favoreciendo la obesidad.

Los niños con Síndrome de Down tienen gran facilidad para desarrollar enfermedades
Relacionadas con la inmunidad (falla la capacidad de defensa), hacen con frecuencia episodios de
Otitis, y otros cuadros respiratorios. También pueden desarrollar enfermedades mas serias como el hipotiroidismo autoinmune, (falla el funcionamiento de la glándula tiroides) la enfermedad celiaca y algunas leucemias (éstas últimas especialmente en el periodo de recién nacido).
Las cardiopatías congénitas son propias del periodo de recién nacido y afectan a la mitad de los niños con Síndrome de Down, es por ello que debe realizarse, luego de nacer una eco cardiografía y un control cardiológico.
Tienen una piel extremadamente sensible que con facilidad se seca y resquebraja por lo cual
Necesitan a diario cremas humectantes y en el verano, protectores solares. Suelen tener tendencia a la estitiquez, por lo tanto su dieta debe tener mucho líquido, frutas y
Verduras y una vida con actividad física y ejercicios al aire libre. Con mucha frecuencia padecen defectos visuales y auditivos que no se descubre a menos que se haga una vigilancia permanente. También es prudente vigilar las caderas de estos bebés por la mayor frecuencia de luxación o displasia de caderas, que de no ser diagnosticadas a tiempo les dificultará en el futuro ponerse de pie y aprender a caminar,
Todos los riesgos mencionados pueden detectarse oportunamente a través de un control de
Salud periódico y programado, como hacemos en Chile con todos los demás niños que no tienen
Ésta condición. Este tipo de control se desarrolla ampliamente en Europa y Estados Unidos, y el
Estado como diversas instituciones destinan recursos especiales para ello. En nuestro país se debe
Crear ésta modalidad de control programado y mientras ello no ocurra, dependerá en gran parte de los padres contribuir en la vigilancia de salud de su hijo.
Al término de éstos apuntes encontrarán un cuadro resumen con la secuencia de controles de salud para niños con Síndrome de Down (adaptación de pautas norteamericanas). Muéstrenselas a su pediatra o al consultorio que controla a su hijo, pueden servir de guía para ayudarlos en el control y seguimiento de su hijo.
Período de recién nacido:
Primero debemos confirmar el Síndrome de Down, ello significa tomar muestra para estudiar los cromosomas del bebé y establecer que tipo de alteración poseen. Esto les permitirá a los padres un consejo genético, respecto a la posibilidad que el cuadro se repita en los próximos embarazos. El examen se llama cario grama y el consejo lo hace un médico especialista (Genetista).
Otros problemas en ésta edad son las cardiopatías congénitas, problemas obstructivos del
Intestino, hipotiroidismo, leucemia congénita, defectos visuales y auditivos, displasia de cadera congénita. Estos problemas deben ser detectados durante el primer mes de vida (en la maternidad o en el primer control .Si Ud. tiene duda de si fueron investigados, consulte a su pediatra o al consultorio, para completar el estudio.
Primer año de vida:
Se recomienda comenzar precozmente los programas de estimulación temprana. Control de
Su crecimiento y desarrollo facilitando la autonomía y evitando el sobrepeso, empleando durante toda la etapa de desarrollo las tablas adaptadas de peso y talla para niños y niñas con Síndrome de Down. Es importante mantener un acucioso control de las vacunas y agregar al año de vida la
Vacuna contra la varicela. A los seis meses y al año, vigilancia visual (fondo de ojo) y auditiva (con el examen de emisiones otoacústicas, impedanciometria y/o BERA).




SECUENCIA DE CONTROLES DE SALUD PARA NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN

1. Evaluación Genética: Contempla la realización del cariotipo y el consejo genético a los
Padres.

2. Crecimiento y Desarrollo: Aplica pautas de crecimiento pondo estatura! y nutrición, según
Tablas modificadas para Síndrome de Down.

3 Vacunas: Todas las vacunas del Programa Ampliado de Inmunizaciones, además de la
Administración de vacuna anti varicela (1 a) y Hepatitis (2 a y 2 a 6 m).Costo asumido por los
Padres.

4. Evaluación Cardiológica: Realización de eco cardiografía y examen cardiológico en periodo
Neonatal, entre los 6 y 13 años, un control y entre los 14 y 18 años un control, siempre con
Eco cardiografía buscando disfunción valvular.

5. Evaluación Digestiva: Permite descartar procesos obstructivos (atresias, diafragmas
Duodenales, y enfermedad de Hirsprung) y a los 4 anos búsqueda de Enfermedad celiaca.

6. Vigilancia Hematológica: Busca descartar procesos leucemoides o mietoproliferativos
Congénitos (período neonatal).

7. Vigilancia de Hipotiroidismo: Inicialmente permite descartar hipotiroidismo congénito, pero
Después busca descartar hipotiroidismo adquirido autoinmune con controles anuales, de por
Vida.

8. Vigilancia Odontológica: Mantener controles anuales con el dentista con la finalidad de evitar
Caries, periodontitis y corregir malformaciones dentales.

9. Vigilancia Auditiva y Visual: Considera la realización de potenciales evocados auditivos de
Tronco cerebral y fondo de ojo (periodo neonatal) y luego audiometrías y exámenes visuales
Anuales.

10. Vigilancia Osteoarticular: Ecografía de caderas (neonatal) y luego a los 4 años radiografía
De columna cervical, para descartar inestabilidad atlantoaxoidea.

11. Vigilancia Autoinmune: Permite identificar Enfermedad Celiaca (anticuerpos antigliadina o
Antiendomisto) y Diabetes tipo I (curva de tolerancia a la glucosa) si la clínica y el examen así
Lo sugieren.

12. Pubertad y Sexualidad: Búsqueda de sinequias vulvares, fimosis, pubertad retrasada,
Irregularidades menstruales. Educación en hábitos de aseo e higiene en relación con la
Menstruación, prevención de embarazo en adolescente y anticoncepción. Fertilidad y consejo
Genético futuro.

13 Vigilancia de la Interacción Familiar, Social y Escolar: Representa la vigilancia que el
Pediatra hace del proceso de integración del niño en su núcleo familiar, social y escolar. Se
Evaluar la relación existente a lo largo de la infancia y adolescencia y el grado de participación del menor en grupos de ayuda de la comunidad, si detecta desequilibrio, solicitar apoyo
Especializado. El pediatra debe orientar oportunamente a los padres sobre los pasos a seguir
Para certificar discapacidad y llenar los formularios respectivos (COMPIN -FONADIS).

14. Asistente Social: Brinda apoyo y orientación ayudando a los padres a optimizar los recursos
Que ofrece la comunidad y los servicios de salud.

15. Programas de estimulación motriz y sensorial. Representa la acción coordinada y
Multiprofesional a lo largo de la vida del niño con Síndrome de Down, inicialmente-impartidos
Como programas de estimulación temprana (durante los primeros seis años). Si la comunidad
No dispone del recurso o éstos son económicamente inalcanzables a los padres, los servicios
De salud deberán asumir a través de las distintas especialidades la vigilancia y rehabilitación
Respectiva. El pediatra debe referir a los niños a dichos especialistas en forma programada.

Estas recomendaciones son sólo una guía de ayuda para los padres y el pediatra
Tratante y no forman parte del Programa de Control de Niño Sano que
Actualmente se aplica en el país.

(Exiraido de "Los Primeros Pasos. Guía para padres de Recién nacidos con Síndrome de Down".

PRIMEROS CONSEJOS DEL PEDIATRA Y NEONATOLOGO

Publicado por Claudio Meyer F.

El matrimonio mas hermoso que e visto

Publicado por Claudio Meyer F.

Todo es posible mas si esta de por medio el amor me gustaría que mi hijo tuviera la misma posibilidad que esta pareja de recién casados de encontrar el amor y poder tomar una decisión tan importante como es el hecho de casarce.

Ellos pueden mas de lo que nos imaginamos

Publicado por Claudio Meyer F.

Los jóvenes con síndrome de Down en el mundo están rompiendo todos los limites ya tenemos el primer joven con titulo universitario y Ahora tenemos en el área del deporte jóvenes karatecas y seguirán sin detenerse solo les falta que esta sociedad cambie un poco su manera de pensar hacia ellos.

Aquí tenemos a un joven karateca cinturón negro

Publicado por Claudio Meyer F.

Trisomia 21 el amor de mi vida

Publicado por Claudio Meyer F.

Síndrome de Down o trisomia 21 un gran golpe para los padres que tienen que adaptarse a esta condición. Pero con el tiempo y la información correcta uno se acostumbra a verla como una de las mas simples condiciones, al principio lo vemos todo muy negro y complejo pero se aclara todo cuan do los niños empiezan a crecer y como todo proceso en la vida de los humanos solo hay que darle tiempo al tiempo para ir superando todos los octaculos que nos acarreará esta condición como puntos principales.
* No busque culpables (por que no los hay, la ciencia todavía no los descubre solo tiene indicios)
* Busque información de preferencia con padres que estén viviendo lo mismo que usted
* Controle a su hijo en todas las áreas de la salud que pueda es agotador pero es necesario
* A medida que su hijo valla creciendo no lo sobre proteja trátelo como a cualquier niño común con reglas y obligaciones.
* Y los mas importante estimulación temprana desde el primer día de nacimiento si es posible

Por lo pronto mientras vaya informando en este blog les daré mas detalles y tratare de hablar de todas las dudas que tengan hablaremos de la condición la educación la alimentación la estimulación tratare de invitar a profesionales en las diferentes áreas para que nos proporciones algunas pequeñas reseñas de lo que se puede hacer en las diferentes enfermedades que produce la condición.


Dice Pablo Pineda que la primera noticia de que era síndrome de Down lo suyo la tuvo a los seis o siete años. “Un profesor de universidad que llevaba el Proyecto Roma, don Miguel García Melero, en el despacho del director me preguntó: ‘¿Tú sabes que eres síndrome de Down?’. Yo, inocentemente, le dije que sí, aunque no tenía ni idea. Él lo notó y se puso a explicarme qué era eso, aunque no era genetista, sino pedagogo. Y yo, como a todo le saco punta y tengo esa agudeza mental, le dije: ‘Don Miguel, ¿soy tonto?’.”
–¿Por qué se lo preguntó?
–No sé. Es difícil saberlo. Quizá, si a los seis años te asocian con un síndrome, tú lo asocias a ser tonto o no. Él me dijo que no era tonto, y le pregunté: “¿Y voy a poder seguir estudiando?”. El me dijo: “Sí, por supuesto”. Luego comenzó el proceso de la calle; los niños empezaron a decirme: “Pobrecito, está malito”. Y yo me enfurruñaba, porque no estaba enfermo.
–Pero sí veía que su cara era distinta.
–Eso sí. Que tenía los ojos más alargados, que las manos no eran iguales. No había visto a otros niños con síndrome, pero quizá tenía la mosca detrás de la oreja. Quizá tenía una inquietud. ¿Y esto del síndrome, qué falla será? En casa, mis padres nunca me habían comentado nada, pero después de la primera noticia le pregunté a mi madre: “¿Es verdad que soy síndrome de Down?”. Estaba con mi hermano Pedro, el mayor, que estudiaba medicina en aquella época, y empezó a explicarme lo que era la genética, los genes; así me fui enterando. Y volví a hacerles la misma pregunta que al profesor: “¿Puedo seguir estudiando?” “Claro”, dijeron los dos, “sin problemas”. Estaba muy a gusto en el colegio, con mis compañeros. Luego, durante un tiempo, no tuve interés de saber más; hasta que empecé a estudiar la carrera de magisterio, a los 21 años, al tocar el campo de la educación especial: ahí es cuando me entero de lo que es esta discapacidad. Aunque, al describirla, los libros hablaban de que era una enfermedad y de la cultura del déficit, de todos los problemas que tienen. Muy negativo. Y cuando empecé a leerlo me dije: yo no soy así.
–¿Pensó que era un síndrome de Down un poco especial?
–Exactamente. También pensé, además de que yo era especial, que otros muchos síndromes de Down que ya conocía tampoco eran como los describían los libros. La literatura nos pone peor de lo que somos, y nos aparta. Sobre capacidad motórica, te explican todo lo que deberían tratar en capacidad mental. Lo mental siempre se vende peor que lo físico. Dicen que somos deficientes, que somos retrasados. Y que no hay ninguna solución, que es lo peor. Se quedan con las alteraciones visibles, y asocian lo mental con la locura, porque antes no se distinguía entre deficiencia mental y enfermedad mental. Y todavía se distingue mal... Así que cuando la gente ve a un paralítico mental dice: ése está loco. Deficiencia se asocia con locura.
–¿Le costaba estudiar más que a los demás?
–No. Bueno, los números y las matemáticas no me gustan nada; pero eso no es algo extraordinario, ni característico de un síndrome de Down.
–Supongo que la adolescencia debió de ser una etapa más dura que la infancia.
–He pasado por distintas épocas. Cuando empecé en primero de BUP (el bachillerato único polivalente), nadie se esperaba un síndrome de Down en un instituto, y la gente me miraba como diciendo: que hace éste aquí. Hicieron una cosa ilegal, que los profesores tuvieran que votar mi admisión en el instituto. Así que fue duro. Pero poco a poco me fui sacando ese torrente de magia o de cariño y fui conquistando a mis compañeros, porque era muy consciente de que debía hacerlo. Con los compañeros sabía que tenía que atacar charlando, metiéndome entre ellos, y eso fue lo que hice. Y reaccionaron muy bien; en primero, fue una relaciónbonita. Y a los profesores, a pesar de que habían votado, a muchos los fui conquistando, aunque a ellos fue por lo cognitivo. Les preguntaba en clase, me interesaba, y eso los descolocaba. Después, en segundo, ahí todo fue fatal. Quizá porque los niños con 14 años siguen siendo niños, pero los de 16 se hacen los duros, son crueles, y entonces comenzaron a mirarme por encima del hombro, a no hablarme. La vida era imposible.
–¿Y qué hizo?
–Al principio me sorprendí. Me desanimé y pensé en tirar la toalla. Tampoco sabía cómo contárselo a mis padres, así que me lo callé todo. Los de primero eran profesores jóvenes, pero en segundo eran mayores y no creían en mí. Decían que ese niño no podía aprender, que no sabían cómo iban a enseñarme, que no iba a aprender nunca, que las matemáticas me costaban un montón. No veían ninguna luz y empecé a deprimirme.
–¿Qué asignaturas prefería?
–La historia y las ciencias sociales me encantaban. Me leía los anuarios. Y también me gustaba el griego. El profesor era muy joven, acababa de entrar en el instituto, y me encantaba cómo me enseñaba.
–Hemos llegado a tercero. Entonces, ¿qué pasa?
–Pues que todo vuelve a estar bien. Tengo muchos amigos, hacemos viajes.
–¿Y cuándo se aceptó del todo?
–Pronto. He dado conferencias, y en una de ellas, cuando tenía 14 años, una señora me preguntó si me haría la cirugía estética para cambiar los rasgos de mi cara. Y le dije: “No, los tengo a mucha honra”. Y luego: “¿Es que no te gusta como soy?” Yo he sido muy exigente conmigo mismo.
–Uno de los problemas que tienen los Down es que la sociedad suele tratarlos como niños. Esa lucha para crecer, a veces debe hacerse contra la propia familia.
–Por ejemplo, mi físico es el mismo de hace años, no veo cambios en mí. Cuando me preguntan cuántos años tengo y digo 29, me dicen que no los aparento. Eso me molesta. Sé que es por el físico, pero no me gusta que me traten como a un niño; pero es muy difícil. Es verdad que la gente piensa que eres un niño siempre.
–Quizás a algunos discapacitados los atrapa eso. Prefieren no crecer, como muchos otros niños, y ser Peter Pan para no enfrentarse con un mundo que suponen hostil.
–A mí no me pasó. Cuando tenía 14 o 15 años era tanta mi propia autoestima que todo el lado conmiserativo no me gustaba nada. Quería salir de eso, demostrar quién era y lo que podía hacer.
–En realidad, su vida debe ser difícil, necesita ser un buen guerrero para llevarla.
–Sí que es duro, más que nada porque siempre tienes que estar demostrando que puedes. Que puedes hacer esto o lo otro, que puedes viajar. Es muy cansado, te hartas. A veces piensas que los prejuicios han disminuido, pero es que están más soterrados. En el ingreso hubo un acto de fin de curso. Todos los premios se los llevaron las chicas, menos dos que fueron para otro chico y para mí. Al final, el director dijo: “Y ahora os voy a hablar de un chico que todos conocéis, que ha hecho un gran esfuerzo, pero a quien no se le ha regalado nada. Ese chico es Pablo Pineda”. En cuanto dijo mi nombre, el salón de actos se puso en pie a aplaudir. Me quedé de piedra.
–¿De qué le sirve a usted esta atención que despierta?
–Para mí no es nada, pero para el colectivo, todo. Lo hago por el colectivo. Debo hacerlo, me siento deudor con este colectivo desde que era pequeño. Desde el programa “Hoy habla Pablo”, cuando tenía ocho años y salí por primera vez en televisión, y ya dije que a los síndrome de Down había que llevarlos al colegio con los demás niños y dejarlos jugar en los recreos.
–Es curioso que con el tiempo se haya convertido en la estrella de su familia.
–Sí lo es. Tengo dos hermanos con carreras universitarias superiores, y yo que soy el pequeño y síndrome de Down... Yo no creo en el destino y todo eso; pero, sin embargo, desde muy pequeño me di cuenta de que el hecho de estar marcado por el síndrome de Down me obligaba a algo. No ser normal te marca, la sociedad te pide algo por ello. A mí me ha pasado.
–Una señora que sabe mucho del síndrome de Down me decía que no todos los Down son iguales, y que eso explicaba que usted hubiera podido estudiar.
–Ese es el discurso de rizar el rizo. Sí, pero resulta que las diferencias no se explican genéticamente, se explican culturalmente. Ahí es donde se marca la diferencia entre un Down que puede llegar a estudiar y otro que no. Pero nos dividen entre niños mosaicos, o Down por traslocación, o puros; ésas son las tres clases de Down que existen, genéticamente hablando.
–La señora de quien le hablo me dijo que para haber llegado a la universidad tiene que ser mosaico.
–Sí, o bajorrelieve... Yo soy puro, soy normal. Dicen que los mosaicos tienen más capacidad que los otros, pero resulta que yo no soy mosaico... Así que mi caso deja bien claro que lo genético no explica la diferencia. Ya me lo han dicho más veces, que tengo que ser mosaico, y que de otro modo no se lo explican. A veces la comunidad científica y la gente es torpe, y no entiende nada que la genética no les explique.
–¿No es eso como admitir, de entrada, que casi no hay nada que hacer por ustedes?
–Claro, como si no pudiéramos ser estimulados, como si no pudieran enseñarnos. De ese modo no tienen que asumir su responsabilidad. ¿Y cómo lo explican? Pues diciendo que éste es mosaico. Otro argumento es decir que tengo un síndrome leve, o que soy límite. Pero no, soy puro.
–La primera vez que hablé con su madre, ya me di cuenta de que no era una madre corriente.
–No lo es. Nada de esto hubiera ocurrido si ella no hubiera actuado como lo hizo. Y de una madre no corriente nace un síndrome de Down que para mucha gente no es corriente.
–Pero dentro del Proyecto Roma, que es europeo, ¿cuántos han ido a la universidad como usted?
–Sólo yo. Pero igual que entre los normales hay diferencias, y no todos llegan a la universidad, lo mismo pasa con nosotros. Cada uno llega a lo que llega. Y eso me da una responsabilidad muy grande. Hace unos días, unos padres que iban a un congreso internacional del Proyecto Roma me decían: “Pablo, tú eres un pilar fundamental del proyecto”. Me lo han dicho muchas veces, que he marcado un camino.
–¿Sus padres le han empujado a que usted mismo hiciera las cosas, consultaron a los médicos cuando era pequeño?
–Cuando empezamos, más que consultar a los médicos, eran ellos los que decían a los médicos qué había que hacer. Ellos decían: este niño no podrá aprender más que las cosas más sencillas, y mis padres no les hacían caso: tu ocúpate de las amígdalas, que yo me ocupo de su educación. Nunca creyeron que no podría aprender, nunca creyeron a mi médico, y eso que era muy bueno y me quería mucho, pero su mentalidad era de aquella época. Mis padres siempre pensaron que yo debía ser autónomo y me educaron para ello. Don Miguel López Melero ha sido un acicate. Cuando era niño, me hacía pequeñas putaditas. Por ejemplo, decirme que me iba a recoger y luego no venir, dejarme solo, para ver qué hacía. Fíjate qué listo. Y yo, además de maldecir a toda su parentela y de estar muerto de hambre, pues tenía que arreglarme la vida, tomaba un autobús. Toda una aventura. Todos, mis padres, mi hermano, mi tío, se turnaban para espiarme detrás de un periódico, como detectives. Incluso si caían cuatro gotas y le pedía a mi padre que me llevara al colegio, me decía: “Ponte el impermeable y vete en autobús”. Mis padres han sido fuertes, nunca han cedido, nunca les he pillado el punto débil.
–Entonces no ha estado superprotegido.
–Pero sí tuve una figura protectora. Era mi tía Encarna. No tenía hijos y me quería mucho. Hasta hacerme mal, en el sentido de que cuando iba a su casa me untaba la mantequilla en el pan, por ejemplo. Si me quedaba solo en casa, me decía que fuera a dormir con ellos, no pensaba que podía dormir solo. Cuando murió fue un mazazo, pero también un punto de inflexión; dejé de tener a alguien que me protegiera de ese modo. Poco después de que ella muriera, mis padres tuvieron que viajar, y eso para mí fue una lección de autonomía. ¡Por fin! Porque mi tía me adoraba, pero era el elemento perturbador. Una vez fuimos de viaje con Miguel Melero, ella era muy sorda, y en el aeropuerto empezó a ponerme el azúcar en la leche. Entonces, don Miguel hizo una cosa muy bruta: le pegó un manotazo a mi tía, cosa que le sentó fatal. ¡Ja, ja, ja! El caso es que cuando ella murió disfruté de esa autonomía. Tenía que ir a comprar, manejar dinero. Fue un cambio muy grande, empecé a hacerme la cena: el huevo frito, la ensalada, el churrasco. Son cosas fáciles, pero normalmente un síndrome de Down no las hace; si tiene unos padres protectores no lo hace. Porque hay fuego, agua hirviendo, etcétera.
–Usted tiene un buen vocabulario.
–Leí muchísimo. Anuarios, revistas, periódicos. Todo.
–¿Y novelas?
–Mi madre me dice: “Tienes que leer novelas en vez de leer anuarios”. Pero los anuarios me encantan. No sé, pero tengo mucha memoria y asocio lo que pasó un día con lo que ese mismo día me pasó a mí. Las novelas no me dicen nada. Prefiero escuchar Los 40 Principales que leer una novela. Parece una tontería; es más, es una tontería decir algo así, pero ¿qué pasa?, pues que Los 40 Principales es lo que escucha la gente de mi edad, el mundo real; es la música que escuchan los jóvenes. Y las novelas no lo son. Los jóvenes no leen novelas, y a lo mejor por eso yo tampoco las leo. ¿Qué quiero yo? Pues ser un joven, reivindico ser un joven. Ése es un tema que tengo con mis padres, un debate filosófico. El año en que lo pasé mal en el instituto, aquella lucha con los chicos, eso me hizo madurar. Tenía 15 años, y los padres a esa edad tienen un gran peso; entonces me aficionaron a la música clásica, a la cultura, y yo me quedaba en la burbuja adulta de la cultura, en lo sesudo. Y cuando me quedé solo en casa, me dije: ahora tengo que sacar mi parte más joven, esto se acabó. Se acabó Beethoven. Mi madre dice que me he convertido en infantil, que he retrocedido, que antes me interesaba la cultura más que ahora. Pero no es eso... Lo que estoy haciendo es ponerme en mi sitio. Me hace falta la música moderna, los grupos. Es que estaba estudiando a Piaget con canto gregoriano. ¡Imagina estudiar a Piaget con canto gregoriano! Para morirse, vamos; para tomar los apuntes y tirarlos por la ventana. Lo cambié por Los 40 Principales, y como que me animé y hasta me entraba más fácil.
–¿Y piensa que, como hacen los adolescentes, se está enfrentando ahora a sus padres?
–Sí. Viví demasiado con los adultos. Incluso me lo decía mi profesor de apoyo: “Pablo, que te estás aislando”. Porque me quedaba en casa con los libros y la música clásica. Y ahora hay otra puerta, la use o no. Creo que esto forma parte de la lucha por la autonomía, por primera vez me atrevo a tener mis propios gustos. Cuando veo a mis sobrinos, que están ahora con el violín, con el canto, pienso: con 15 años, mira que son sosos. Con 15 años, lo que uno quiere es salir y divertirse. Pero no lo digo nunca, me lo callo, pero lo pienso. Si yo tuviera 15 años, me iban a meter a un coro a cantar el miserere... Y eso no quiere decir que no esté bien con mis padres. Pero es otra cosa. Ellos se están acostumbrando; me han dejado, creo, como un caso perdido. Antes, si quería ver Operación Triunfo, me decían: “Pablo, ¿qué haces?, eso es un comecocos”. Ahora saben perfectamente que lo voy a ver.
–Antes decía que su profesor le decía que se estaba aislando. ¿Hasta dónde llegaba su confianza con él?
–Con él hablaba de todo, de cosas que no hablaba con mi madre: de sexo, por ejemplo.
–¿A qué edad empezaron a gustarle las chicas?
–Siempre. Siempre estaba enamorado. He tenido muchos amores platónicos. Cuando veo una niña muy guapa, es que ya me estoy enamorando. Las chicas guapas me encantan. En BUP ya me interesaba estar con las chicas. Las de clase me trataban con naturalidad, una me metió en un grupo de Acción Católica. Salía con ellos, después de la misa nos esperábamos fuera. Y un día, era 1992, después de las navidades, los esperé como siempre. Diez minutos, quince, media hora, tres cuartos de hora, y allí no salía nadie. Estaba mosqueado, hasta que apareció alguien. “¿Oye, dónde está la gente?”. Contestó que se habían ido hacía tiempo. Me fui llorando a lágrima viva. Llegué a casa de mis tíos con los ojos supercolorados. “Pablo, ¿has llorado?”. Y a partir de ahí dejé el grupo. Luego estuve con los boy scouts. En aquella época siempre buscaba amigos y quería saber qué pasaba con las chicas, cuál era su mundo. Entonces desconocía el significado del concepto desengaño. Apareció otra chica, siempre las encontraba, y me encandilé. Era muy guapa, lo intenté, “qué guapa eres”, hasta que un día vi al novio, y vaya... Cuando se lo comentaba a mis padres, me decían: “Hombre, Pablo, es que tú te fijas en unas chicas muy guapas”. En aquella época era un enamoramiento espiritual, más que carnal.
–¿Y luego?
–En los scouts había otra chica, ¡Dios mío de mi vida...! Y lo mismo. Hasta que en un campamento se mascó la tensión. Estaba el novio de ella, era un compañero, y él en broma dijo: “Así que te gusta fulanita...”. Fue terrible, lloré, me fui, ella vino hacia mí: “Pablo, somos muy buenos amigos, no tenemos que dejar de ser amigos”. ¡Qué mal me sentí! Fue lo peor que podía decirme. Y así me di cuenta de que el tema de las chicas era muy difícil..., una dificultad añadida. Supe que el síndrome de Down iba a marcar mi vida, que las chicas no querían enamorarse de mí porque era síndrome de Down. Y todavía me sigo rebelando contra ese pensamiento. Pero sé que esa posible novia debería ser tan especial que pocas podrían serlo. Las chicas normales no me quieren; tienen muchos prejuicios, tienen miedo, tienen una familia. Fíjate lo que diría un padre que se diera cuenta de que su hija tenía un novio con síndrome de Down...
–Pero dice que se rebela contra ello. ¿Podría ser su próximo reto encontrar una chica apropiada?
–Pero besarse ya sería un escándalo público. Imagínate. Los mayores se escandalizarían, irían a buscar un guardia, se armaría la gorda. Me da miedo. Hace un par de años estaba solo en la playa, hablando por el móvil, y a los cinco minutos ya tenía un guardia civil al lado. “¿Te pasa algo?”. “Nada”. “Es que me ha dicho una persona que estabas perdido.” Imagínate, por estar hablando por el móvil... Si estoy besándome con una chica, no es que venga un guardia civil, vienen cinco.
–¿Le gustaría vivir solo?
–Poder, podría, pero se está muy bien en casa de los padres, las cosas como son. El otro día vi un reportaje sobre universitarios donde se decía que la mayoría vive con sus padres, porque la vida está muy cara y eso... Yo me considero uno más, tengo los mismos problemas que cualquier universitario. Además empecé a trabajar en febrero, en el área de bienestar social del Ayuntamiento. Me dedico al sector de los discapacitados, soy lo que se llama un sensibilizador. Viene gente con discapacidad a preguntarme qué puede hacer, y sus padres, a consultarme.
–Después de sacar una diplomatura en magisterio en la universidad, ahora se está licenciando en psicopedagogía.
–Es un poco más difícil, más abstracto. Sobre todo la parte de los psicólogos, como Piaget. Es como un desierto. Espero acabar este curso, y entonces será cuando oficialmente me licenciaré. Y mi destino quiere ir por ahí, aconsejando, orientando. Ahora el director del área de bienestar social me ha incluido en un proyecto de la Unión Europea que es para fomentar el empleo con apoyo, y para lo cual hay que hacer una labor sensibilizadora muy importante; yo voy a ir a las empresas con ese fin. Quieren crean una red de empresas solidarias donde puedan trabajar los discapacitados. En este trabajo estoy con un equipo eminentemente femenino, con Inés, María, Lola, y otros dos chicos, Dani y Andrés. Es un apoyo psicopedagógico, y estoy contento, hace que me sienta útil.
–Leía el otro día en un libro que ser Down, como sucede con otras cosas, lo coloca a uno en una categoría que pesa mucho más que las potencialidades que se tengan, los talentos que pueda tener.
–Te etiquetan y de ahí no sales. Toda la vida voy a llevarlo encima. Así como a David Bisbal le llaman el triunfito, a mí me llaman el síndrome de Down. Hay consuelos, como que el director del área de bienestar social les dijera a mis compañeros: “Explotar a Pablo, que tiene mucha capacidad”. Es decir, yo veo que en el trabajo me consideran útil, y eso me gusta. Pero lo que más me compensa es demostrar lo que somos capaces de hacer, que lo vean a través de lo que yo hago. Claro que esto sólo se puede entender si a uno le importan los demás, si eres progresista.
–¿Usted lo es?
–Lo soy. Por eso critico ese discurso conservador que hay ahora, en lo educativo, lo social, lo político. Por eso me pongo en contra de la ley de calidad educativa, porque es conservadora y significa una involución en el plano de la educación de los discapacitados. ¿Cómo se llama de calidad una ley que consiste en hacer más exámenes y reválidas en una sociedad en la que hay que potenciar los valores sociales? Es una ley retrógrada con respecto a todo lo que se ha hecho en la anterior época en medios de atención. Yo no puedo estar a favor, el discurso de ahora es meternos en guetos. Como tampoco puedo estar a favor de la guerra. Es que no puedo. Ni con los políticos que están ahora en el poder. Y además, el discurso respecto a los discapacitados es global, afecta lo mismo a los Down que a los negros, a los árabes; a todos los diferentes. El respeto a los derechos humanos, el de ser todos iguales, es lo que tiene que estar por encima de todo. Por encima del dinero, del poder, de la competitividad. Y en eso se está retrocediendo. Con los líderes tan conservadores que tenemos en el plano mundial, Berlusconi, Sharon, Bush..., ¿adónde vamos a ir? Nos ha tocado vivir un momento muy duro a los progresistas.

Publicado por Claudio Meyer F.

¿Puede asistir a la escuela un niño con síndrome de Down?

Sí. Existen programas especiales que comienzan en los años de la educación preescolar para ayudar a que los niños con síndrome de Down desarrollen sus habilidades tanto como les sea posible. Además de beneficiarse con una intervención temprana y una educación especial, muchos niños pueden, hasta cierto punto, ser integrados en el aula de clases común. La perspectiva para estos niños es mucho más alentadora de lo que alguna vez lo fue. Muchos aprenderán a leer y escribir y participarán en diferentes actividades para niños ya sea en la escuela o en los vecindarios. Si bien existen programas especiales de trabajo diseñados para adultos con síndrome de Down, muchas personas con el trastorno pueden tener trabajos comunes. En la actualidad, un número cada vez mayor de adultos con síndrome de Down vive de manera semi-independiente en casas de grupos de comunidad en donde cuidan de sí mismos, participan de las tareas domésticas, establecen vínculos de amistad, comparten actividades de tiempo libre y trabajan en su comunidad.

¿Se puede curar o prevenir el síndrome de Down?

No existe cura para el síndrome de Down. No hay certezas acerca de cómo prevenir el error cromosómico que provoca el síndrome de Down. Hasta la fecha, no existen razones para creer que el padre podría haber hecho algo para provocar o prevenir el nacimiento de su hijo con síndrome de Down. Sin embargo, una investigación reciente sugiere que algunas mujeres que han tenido un hijo con síndrome de Down presentaban una anomalía en la manera en que sus cuerpos metabolizaban (procesaban) el ácido fólico vitamina B. De confirmarse, este hallazgo puede ser incluso otra razón por la que todas las mujeres que estén por concebir deben tomar una multivitamina diaria con 400 microgramos de ácido fólico (del cual se ha demostrado que reduce el riesgo de algunos defectos congénitos del cerebro y la médula espinal).

Algunos afirman que suministrar diferentes vitaminas en altas dosis a los niños con síndrome de Down mejora el rendimiento mental y reduce el retardo mental. Sin embargo, hasta la fecha, no se han realizado investigaciones médicas para comprobar que esto sea realmente así. Es importante que las nuevas familias hablen con el médico, con otras familias y con el Congreso Nacional de Síndrome de Down (National Down Syndrome Congress) con el fin de conocer a qué debe estar preparada ante la presencia del síndrome de Down y conocer las cosas que puedan resultarle útiles al criar un niño con síndrome de Down.

¿Qué investigaciones se están conduciendo acerca del síndrome de Down?

La entidad March of Dimes está investigando las causas de los errores en la división cromosómica, con la esperanza de algún día llegar a prevenir el síndrome de Down y otros defectos congénitos provocados por anomalías en el número o la estructura de los cromosomas. Otros investigadores están buscando mejorar la perspectiva para los niños con síndrome de Down. Un ejemplo es el desarrollo de mejores programas de intervención en el lenguaje para contribuir a que estos niños se comuniquen más fácilmente.

La condicion

Publicado por Claudio Meyer F.

¿Qué es la trisomía 21?

El término "trisomía" se utiliza para describir la presencia de tres cromosomas en lugar del par usual de cromosomas. Por ejemplo, si un niño nace con tres cromosomas 21 en lugar del par usual, se diría que posee "trisomía 21". La trisomía 21 también se conoce como síndrome de Down. Que tan solo significa que existen tres copias y no el par usual en cada célula del cuerpo.

¿Qué es el síndrome de Down?

El síndrome de Down es un trastorno genético que implica una combinación de defectos congénitos, entre los que se incluyen cierto grado de retardo mental, rasgos faciales característicos y, a menudo, defectos cardíacos, deficiencia visual y auditiva y otros problemas de salud. La gravedad de todos estos problemas varía en gran medida entre los individuos afectados. Este síndrome es uno de los defectos genéticos congénitos más comunes y afecta aproximadamente a uno cada 800 a 1000 niños La expectativa de vida de adultos con síndrome de Down es de 55 años aproximadamente, aunque el período de vida promedio varía.

El nombre "síndrome de Down" proviene del médico Dr. Langdon Down, quien fue el primero en describir el conjunto de descubrimientos en 1866. No fue sino hasta 1959 que se identificó la causa del síndrome de Down (la presencia de un cromosoma 21 adicional).

¿Cuáles son las causas del síndrome de Down?

Normalmente en la reproducción, el óvulo de la madre y el espermatozoide empiezan teniendo el número usual de 46 cromosomas. El óvulo y el espermatozoide sufren una división celular en donde los 46 cromosomas se dividen en dos partes iguales y el óvulo y el espermatozoide finalmente poseen 23 cromosomas cada uno. Cuando un espermatozoide con 23 cromosomas fertiliza un óvulo con 23 cromosomas, el bebé tiene finalmente un grupo completo de 46 cromosomas, una mitad obtenida del padre y la otra mitad de la madre.

A veces, ocurre un error mientras los 46 cromosomas se dividen a la mitad y el óvulo o el espermatozoide, en lugar de reservar tan solo una copia del cromosoma 21, sigue teniendo ambas. Si este óvulo o espermatozoide se fertiliza, el bebé acabará teniendo tres copias del cromosoma 21 y esto es lo que se llama "trisomía 21" o síndrome de Down. Las características del síndrome de Down se originan porque cada célula del cuerpo posee una copia adicional del cromosoma 21.

El noventa y cinco por ciento de los casos de síndrome de Down se produce por la Trisomía 21. En algunas ocasiones, el cromosoma 21 adicional, o una porción de ella, se adhiere a otro cromosoma del óvulo o el espermatozoide; esto puede conducir a lo que se denomina síndrome de Down por "translocación" (el 3 a 4 por ciento de los casos). éste es el único tipo de síndrome de Down que puede, a veces, heredarse de alguno de los padres. Algunos padres tienen un reordenamiento que no afecta su salud denominado translocación balanceada, donde el cromosoma 21 se adhiere a otro cromosoma. Con poca frecuencia, tiene lugar un tipo de síndrome de Down llamado el síndrome de Down con alteración cromosómica en "mosaico", cuando ocurre un error en la división celular después de la fertilización (1 a 2 por ciento de los casos). Estas personas tienen algunas células con un cromosoma 21 adicional y otras con el número normal.

¿Qué clase de problemas tienen generalmente los niños con síndrome de Down?

  • Alrededor del 40 a 50 por ciento de los niños con síndrome de Down tienen defectos cardíacos. Algunos defectos son menores y se los puede tratar con medicamentos, mientras que otros necesitan una cirugía. Todos los niños con síndrome de Down deben ser examinados por un cardiólogo pediátrico, un médico que se especializa en cardiopatías de niños. Para que cualquier clase de cardiopatía pueda ser tratada, durante los dos primeros meses de vida el médico deberá realizar al niño un ecocardiograma (un procedimiento que evalúa la estructura y el funcionamiento del corazón utilizando ondas sonoras que se registran en un sensor electrónico, produciendo así una imagen en movimiento del corazón y de las válvulas del corazón).
  • Alrededor del 10 por ciento de los niños con síndrome de Down nace con malformaciones intestinales que necesitan cirugía.
  • Los niños con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de deficiencia visual o auditiva. Entre los problemas visuales más comunes se incluyen la bizquera, la miopía o hipermetropía y las cataratas. La mayoría de los problemas en la visión pueden mejorarse con anteojos, cirugía u otros tratamientos. Durante el primer año de vida, se debe consultar a un oftalmólogo pediátrico (un médico especializado en el cuidado completo de los ojos que examina, diagnostica y define el tratamiento para una variedad de trastornos oculares).
  • Los niños con síndrome de Down pueden presentar una pérdida de la audición debida a la presencia de líquido en el oído medio, un defecto nervioso o ambos. Todos los niños con síndrome de Down deben someterse a exámenes de visión y audición regularmente de manera que cualquier problema pueda ser tratado antes de que dificulte el desarrollo del lenguaje y otras habilidades.
  • Los niños con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de padecer problemas de tiroides y leucemia. También suelen contraer resfríos, bronquitis y neumonía con frecuencia. Los niños con síndrome de Down deben recibir atención médica con regularidad incluyendo vacunaciones infantiles. El Congreso Nacional de Síndrome de Down (National Down Syndrome Congress) publica una "Lista de Verificación de Medicina Preventiva" (Preventative Medicine Checklist) en la que se encuentran los exámenes médicos recomendados para las diferentes edades.